Director: Michael Patrick King.Reparto: Sarah Jessica Parker, Kim Cattrall, Kristin Davis, Cynthia Nixon.
Género: Amor.
Año: 2008
Crítica:
Cada día entiendo menos el mundo, especialmente a las mujeres. Miles de años de evolución, decadas de lucha por la igualdad de derechos, una historia de desarrollo tecnológico y politico que nos debería hacer un poco menos esclavos de las cosas materiales para centrarnos en lo realmente importante para seguir viendo cosas como esta.
Soy poseedor de una tarjeta que me permite ir al cine todas las veces que quiera por un módico precio al mes. Es el típico cine de cerca de 20 salas con tendencia marcadamente comercias, pero 20 salas son muchas salas y casi siempre puedes encontrar cocsas interesantes que ver. Pero esta semana prácticamente todas las salas estaban copadas con la última de Indiana Jones y el fenómeno de la temporada: Sexo en Nueva York.
Sexo en Nueva York es una de esas películas que, tratando temas tan nobles como el amor y la amistad, se queda en un racimo de obviedades sobre el sexo, el consumismo desenfrenado y el chiste fácil. Pero, a pesar de estar mostrando la película en la mitad de las salas del cine simultaneamente, todas las salas estaban repletas y al terminar la películas podías notar como (casi) todo el mundo salía feliz y contento comentando lo mucho que le había entusiasmado la cinta.
Puede ser que yo sea sólo un raro infeliz, que busca en la vida cosas que a nadie le importan, pero los valores de la película no van más alla de tener un amplio fondo de armario y llevar una vida fácil que la mayoría de los espectadores desearía pero que, probablemente, no podrán permitirse más que soñar con ella.
He de reconocer que el guión está bastante bien escrito, por el también director y productor del largo, Michael Patrick King (distintos trabajos para la televisión), dirigido a ese público generalista y con el éxito prácticamente asegurado. La protagonista, Sarah Jessica Parker (Ed Wood, El club de las primeras esposas), está poco creíble y es acompañada por un grupo de actrices con más experiencia en televisión que en la gran pantalla, que tampoco serán recordadas por esta actuación, interpretando unos personages muy tópicos que no aportan nada nuevo al género.
En definitiva, una película que alimentara las mentes de las personas atrapadas por la sociedad materialista que nos ha tocado vivir y que recaudará unos cuantos millones de dólares convirtiendo en un fenómeno temporal, pero que, no me cabe duda, pasará pronto de moda y no aportará nada a la historia del cine.
Soy poseedor de una tarjeta que me permite ir al cine todas las veces que quiera por un módico precio al mes. Es el típico cine de cerca de 20 salas con tendencia marcadamente comercias, pero 20 salas son muchas salas y casi siempre puedes encontrar cocsas interesantes que ver. Pero esta semana prácticamente todas las salas estaban copadas con la última de Indiana Jones y el fenómeno de la temporada: Sexo en Nueva York.
Sexo en Nueva York es una de esas películas que, tratando temas tan nobles como el amor y la amistad, se queda en un racimo de obviedades sobre el sexo, el consumismo desenfrenado y el chiste fácil. Pero, a pesar de estar mostrando la película en la mitad de las salas del cine simultaneamente, todas las salas estaban repletas y al terminar la películas podías notar como (casi) todo el mundo salía feliz y contento comentando lo mucho que le había entusiasmado la cinta.
Puede ser que yo sea sólo un raro infeliz, que busca en la vida cosas que a nadie le importan, pero los valores de la película no van más alla de tener un amplio fondo de armario y llevar una vida fácil que la mayoría de los espectadores desearía pero que, probablemente, no podrán permitirse más que soñar con ella.
He de reconocer que el guión está bastante bien escrito, por el también director y productor del largo, Michael Patrick King (distintos trabajos para la televisión), dirigido a ese público generalista y con el éxito prácticamente asegurado. La protagonista, Sarah Jessica Parker (Ed Wood, El club de las primeras esposas), está poco creíble y es acompañada por un grupo de actrices con más experiencia en televisión que en la gran pantalla, que tampoco serán recordadas por esta actuación, interpretando unos personages muy tópicos que no aportan nada nuevo al género.
En definitiva, una película que alimentara las mentes de las personas atrapadas por la sociedad materialista que nos ha tocado vivir y que recaudará unos cuantos millones de dólares convirtiendo en un fenómeno temporal, pero que, no me cabe duda, pasará pronto de moda y no aportará nada a la historia del cine.
Nota: 3/10
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